A
este artículo, seguirán otros dos que publicaremos en los
próximos números, en los que el autor tratará de
los accidentes de aviones militares en torno al aeródromo del Peñón
y de los problemas y soluciones de la zona prohibida en 1967 a su uso
conjunto en 1987.
Iniciamos este trabajo con una introducción sobre el origen del
Campo de Aviación de Gibraltar, que nada tiene
que ver con la controversia hispano-británica-gibraltareña
de su utilización conjunta para uso civil y comercial, tal como
se desprende de la reunión que hubo en Londres el día 2
de diciembre de 1987, entre los ministros de Exteriores de España
y Gran Bretaña y de las reuniones que posteriormente se han celebrado
entre representantes de ambos gobiernos.
El tema principal de todo el reportaje (este artículo y los que
serán publicados en breve) está dedicado a los accidentes
de aviones, concretamente militares, que han tenido lugar en torno al
aeródromo de Gibraltar, durante los más de cincuenta años
que éste viene funcionando y que según nuestros datos han
sido por lo menos cinco accidentes los ocurridos en los siguientes años:
1941, 1943, 1949, 1956 y 1983, de los cuales solamente en el primero salieron
ilesos sus tripulantes.
Ello viene a demostrar el peligro que representa la proximidad de un aeropuerto
no ya militar sino incluso civil para cualquier ciudad del mundo. Sin
embargo, en honor a la verdad hay que decir, que teniendo en cuenta los
miles de aviones de todas clases que han aterrizado y despegado del aeródromo
gibraltareño durante esos 50 años, el porcentaje de accidentes,
por suerte para todos, es insignificante. Pero de los detalles de esos
accidentes aéreos ya nos ocuparemos más adelante pues consideramos
muy importante hacer un poco de historia de la utilización de Gibraltar
como base aérea, primero para hidroaviones y posteriormente con
aviones de tierra operando desde la pista construida por los ingleses
al norte del Peñón, en unos terrenos no cedidos por España
en el Tratado de Utrecht y considerados neutrales.
Pero dejando a un lado, por el momento, estos detalles de la soberanía,
ya en fechas tan lejanas como la I Guerra Mundial (1914-1918), al parecer
la Marina norteamericana estableció en el puerto una base de primitivos
y experimentales hidroaviones, conjuntamente con la RAF que, en abril
de 1918, formaron el primer escuadrón número 265, destinado
a la vigilancia y lucha antisubmarina. Este escuadrón lo formaban
media docena de hidros "Gnome Cauldrons" y "BE, 2C"
que operaban en el Estrecho, unidad que sería disuelta en 1919,
ya finalizada la contienda.
Sin embargo, siempre se pensó a partir de dicha fecha en construir
una pista de aterrizaje en la zona neutral ocupada por Inglaterra desde
1815, donde existía un hipódromo y jardines, en un principio
para aviones de pasajeros. Según recogemos de la revista inglesa
"After the Battle", número 21 de 1978, en 1920 los gobernadores
militares de Gibraltar y Algeciras formularon un plan conjunto para establecer
un campo de aviación hispano-británico en la citada zona
de propiedad española, pero todo se fue al garete al no aprobar
tan utópico plan los gobiernos
de Madrid y Londres.
En el año 1931 la empresa gibraltareña "MH Bland &
CO Ltd." -fundada en 1810- y pionera de las líneas de vapores
ferrys con los puertos de Marruecos desde Gibraltar, se propuso establecer
un servicio de transporte aéreo entre el Peñón y
Tánger, con base en los terrenos del hipódromo en Puerta
de Tierra, cercano al otro lado de la carretera hacia España y
la playa de Poniente, donde la firma "Bland & Co. Ltd."
tenía su fundición y varadero para reparar buques, para
ello, al no ser factible el uso de aviones de tierra adquirió,
ya en aquellos tiempos, por una suma elevada, 3.000 libras, un avión
trimotor anfibio, "Sounders-Roe Windhover" con capacidad para
seis pasajeros.
La modernísima y atrevida línea aérea se denominó
"Gibraltar Airways Ltd." cuya presentación publicitaria
se presentaba con el eslogan: A Marruecos en 20 minutos. Se trataba de
vuelos organizados con el atractivo de amenas excursiones turísticas
en días festivos y de descanso a las vecinas ciudades marroquíes.
Fue un gran acierto la creación de esta primera línea aérea
en la historia de Gibraltar, que en tan solo tres meses llegó a
efectuar 222 vuelos transportando a 1.960 pasajeros. Sin embargo, debido
a dificultades de mantenimiento y reparación de la aeronave fueron
suprimidos los servicios, que coincidían con la inquietante situación
política y militar en África.
A
Gibraltar habían llegado instrucciones del Comité Imperial
de Defensa de Londres, que recomendaban la urgente necesidad de construir
un aeródromo militar en la colonia, o sea en la parte del norte
del Peñón, ante la preocupación del Gobierno británico
suscitada por el expansionismo de Mussolini en Abisinia. En tal sentido,
considerando el Gobierno del Reino Unido que el único lugar viable
para construir el aeródromo era el que ocupaba el hipódromo
"Victoria Gardens" situado en la "zona neutral" española
en la parte del istmo cercano al Peñón, aunque se dudaba
de la viabilidad internacional de la empresa, ya que España reclamaba
la propiedad de los citados terrenos. Sin embargo, a pesar de ello, en
septiembre de 1934 ya se planificaban los, trabajos de nivelación
del terreno con destino a una pista de aterrizaje de emergencia en la
zona indicada, entre la carretera de la "Torre del Diablo" y
la Verja Norte.
Las obras se prolongan mientras se suceden las visitas a Gibraltar de
altos mandos de la "Royal Navy", "RAF", del Departamento
de Guerra y parlamentarios, en medio de un interminable intercambio de
correspondencia oficial y reuniones a todos los niveles. Soplan aires
de guerra en Europa en 1939 y con ello se hace más apremiante convertir
la modesta pista de aterrizaje en un campo de aviación operativo
de carácter militar.
En abril de aquel año 1939, el Gobierno de S. M. Británica
hacía entrega de una nota al entonces embajador español
en Londres el Duque de Alba, dándole cuenta de las obras de ampliación
de la pista de aterrizaje y de la instalación de hangares y talleres
etc. Pero sin dar cuenta ni garantías de que la citada pista, tolerada
como "emergency landing ground" no sería utilizada con
fines operativos. Son tiempos difíciles, España aún
sufre los últimos estertores de una, cruenta guerra civil, protesta
por la actitud británica, pero se ve impotente para impedir las
citadas obras de ampliación del campo de aviación y otros
plantes que se ven venir.
Ya en puertas la II Guerra Mundial, en la zona norte del Peñón
aún no había actividad aérea pero, los trabajos de
construcción del aeródromo avanzaban a ritmo acelerado,
en cuyo espacio aéreo se hacían vuelos de práctica
de tiro de la defensa antiaérea de tierra, con la cooperación
de aviones equipados con flotadores. Pues hasta el 9 de septiembre, el
mando de las Reales Fuerzas Aéreas no ordenaba al Escuadrón
202 de hidros "Saro London" destacado en Kalafrana en Malta,
trasladarse a Gibraltar en un plazo de 24 horas, los hidroaviones arribaron
al Peñón al día siguiente, mientras que el alto mando
del escuadrón lo hacía el 13 a bordo del "HMS Shropshire".
El 200 Grupo de la RAF formado en Gibraltar de-pendía del AOC de
Oriente Medio, bajo el control naval y estableció su mando de operaciones
en la Torre del Almirantazjo dentro del puerto mientras las oficinas administrativas
se instalaron temporalmente en el "Bristol Hotel". El hangar
número 20 del Muelle Norte, se convirtió en talleres de
mantenimiento de los hidroaviones que ya efectuaban prácticas de
fuego antiaéreo con la Unidad de Cooperación Antiaérea
número 3. El primero de los hidros "Saro London" retornaba
a Malta después de 60 horas
de patrulla marítima.
Sin embargo, no podemos dejar en el olvido, que desde el mes de septiembre
de 1935 a agosto de 1936, el 210 Escuadrón de la RAF formado de
hidroaviones "Short Ranggon" y "Singapore" utilizaban
como base temporal el llamado "Muelle de los Cañones"
de Gibraltar ("The Royal Navy a Gibraltar" Tito, Benady, 1993).
En 1941, el 202 Escuadrón se encontraba equipado con hidros "Saro
London" pero fueron reemplazados por "Short Sunderland"
que a su vez fueron reforzados con los "Consolidated PBY 5 Catalina".
Para entonces el Escuadrón 202 ya disponía de un amplio
hangar en "New Camp" mandado por el comodoro del aire Simpson.
El 13 de noviembre de 1941 al ser hundido el portaaviones "Ark Royal"
de la Royal Navy por un submarino alemán frente a las costas de
Málaga, los aviones "Swordfish" que se encontraban volando
en esos momentos, aterrizaron en Gibraltar donde estuvieron operando durante
algún tiempo.
Con la llegada de los alemanes a Sicilia, se incrementa el riesgo de intercepción
de aviones ingleses en ruta a Oriente Medio, Gibraltar se convierte en
una importante escalada estratégica de la RAF. El 6 de abril de
1941 tomaban tierra en la colonia los primeros aviones bombarderos bimotores:
"Wellington" y "Bombay" a plena carga con el fin de
probar la firmeza de la pista de aterrizaje, que aún es insuficiente
por extensión para los planes operativos del mando británico.
Sin embargo, en ese mismo año de 1941 ya se empieza a utilizar,
por el Escuadrón 233 de bimotores "Hudsons" de vigilancia
y lucha antisubmarina en aguas del Estrecho.
Prosiguen las obras de ampliación de la pista de aterrizaje hacia
el Oeste en ángulo recto con la pista original y cruzando la carretera
que conduce a España, y en abril de 1942 ya había alcanzado
una extensión de 1.400 metros, fundamentalmente para la cobertura
logística y estratégica para la proyectada "Operación
Antorcha", nombre clave de la invasión aliada del norte de
África. Un año después, en 1943, la pista alcanzaría
los 1.628 metros, la mitad de los cuales se introducían en el mar
de Poniente.
Por fin llega el 8 de noviembre de 1942, el Día D en África
del Norte, y Gibraltar alcanza el mayor protagonismo militar en la historia
contemporánea y en esta ocasión en defensa del mundo libre,
al convertirse en Cuartel General de las fuerzas aliadas. Veamos lo que
escribe, su jefe supremo el general norteamericano Dwight Eisenhower:
"Cruzada en Europa, 1948": "En noviembre de 1943, las
naciones aliadas no poseían, fuera de Gibraltar, ni un solo palmo
de tierra en todo el occidente de Europa y en el Mediterráneo nada
al oeste de Malta. Gibraltar británico hizo posible la invasión
del norte de África, sin esa plaza no hubiera sido posible establecer
rápidamente el apoyo aéreo esencial en los campos de África
del Norte.
En las primeras etapas de la invasión, aquel pequeño aeródromo
tenía que servir por fuerza como cam-po de maniobras y como punto
de etapa en los aparatos que iban desde Inglaterra al continente africano.
Varias semanas antes del día "D" ya estaba atestado de
aparatos de caza. Cada pulgada de terreno se hallaba ocupada por un "spifire"
o un bidón de gasolina. Todo ello se ofrecía a la vista
de los aviones de reconocimiento enemigos, y no podía intentarse
el menor enmascaramiento. Y, lo que era peor, el mismo aeródromo
se extendía junto a la línea fronteriza, separado del territorio
español sólo por una cerca de alambrada espinosa. Hasta
nuestro vuelo a Gibraltar había sido arriesgado. Pudo efectuarse
sólo después de haber frustrado dos intentos anteriores
por mal tiempo. Antes de despegar de Inglaterra (aeródromo militar
de Hurn), el oficial que mandaba las seis fortalezas, (B 19), que habían
de llevarnos a Gibraltar me consultó deliberadamente si saldríamos
o no, exponiéndome su parecer contrario, como técnico. Era
la primera vez en mi vida que me veía en tal disyuntiva, pues normalmente
la decisión corresponde al jefe de la formación aérea.
No parecía aquel un buen augurio para la gran aventura, pero teníamos
que salir y salimos. Volábamos a una altura media de cien pies.
Cuando al fin vimos asomar entre su velo de niebla al gran Peñón
de Gibraltar, mi piloto (comandante P.W. Tibbets) observó: Es la
primera vez que he tenido que remontarme para aterrizar al final de un
vuelo largo".
La "Operación Antorcha", pese a su gran envergadura y
tremendo movimiento de buques y aviones de todas clases que operaron desde
Gibraltar, alcanzó plenamente el objetivo que se había propuesto
el alto mando aliado en 1942 que le serviría de experiencia para
otra operación de invasión aún más gigantesca
que ésta, como la de Normandia en Francia en 1944.
En cuanto a la extensión del aeródromo, finalizada la guerra
en 1945 se le agregaron 180 metros más, completando con ello nada
menos que un millón de toneladas de rocas extraídas de las
excavaciones de los túneles del Peñón en el relleno
de la pista. El primitivo puesto de observación fue sustituido
por una moderna torre de control, desde la que se regulaba a parte del
tráfico aéreo, los semáforos de las barreras de paso
por la carretera que cruza las pistas, y aunque el aeropuerto continúa
siendo preferentemente militar, en 1945 se inician vuelos de aviones civiles
a Gibraltar, en primer lugar con la BEA vía Burdeos y Madrid y
en la década de los años 50 se establecieron vuelos directos
desde Londres, algunos de ellos con escala en Madrid.
Sin embargo, en 1947 la Compañía Bland Co.Ltd. que dirigía
el señor George Gaggero, fundador del primer servicio aéreo
en el Peñón en 1931, bajo el nombre de "Gibraltar Airways
Ltd" reestablece una línea, precisamente entre Gibraltar y
Tánger con aviones "De Havilland Rapide" de fabricación
inglesa, el mismo tipo de avión que trasladó en 1936 al
general Franco desde Casablanca a Tetuán en los primeros días
de la sublevación militar en Marruecos. Estos biplanos, con dos
motores fueron reemplazados por "DC-3 Dakota", siguiéndole
los "Viscount" (turbo-hélice) y "Boeing 737"
estos últimos en la línea Gibraltar-Londres con la "GB
Airways".
En 1964, la "Gibraltar Airways", asociada con 1a BEA alcanzó
los 120.000 pasajeros, lo que representaba un alto balance económico
para la empresa. El aeropuerto de Gibraltar se había convertido
en un factor muy importante en la ruta turística con la Costa del
Sol en aquellos tiempos, uno de los lugares más visitados de España.
En aquel tiempo operaban desde el aeropuerto de Gibraltar las compañías
de aviación "BEA", "BUA" y "Gibraltar
Airways" con un fluido tráfico de pasajeros con destino a
la costa malagueña, fomentando con ello el boom turístico
español. Sin embargo, aún no se pronosticaba que una nube
ensombrecedora apuntaba en el horizonte que de alguna manera vendría
a entorpecer y casi dañar a los vuelos de aviones tanto civiles
como militares con destino al aeropuerto gibraltareño, y esa nube
se presentó precisamente el 12 de abril de 1967, al declarar el
Gobierno español zona prohibida a toda clase de navegación
aérea al Campo de Gibraltar. Dos años más tarde,
en junio de 1969, por otra decisión gubernamental española
se cerraba el puesto fronterizo a toda clase de tráfico con Gibraltar
como consecuencia del proceso descolonizador del Peñón en
la ONU.
Continuará........................................
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